Hoy te toca a ti. Hoy es el
día en el que caerán sobre tus hombros las verdades que encierra tu cuerpo. Hoy
es el día en el que te obligarás a dejar un lado la autocompasión, la soberbia
y la extrañeza y te enseñarás a ti mismo lo que nadie más puede. Hoy, y solo
hoy, es el día en el que serás y sabrás ser.
Ni tus pies determinarán tu
camino, ni lo hará todo aquello que crees que lo hace, porque tú eres capaz de
olvidar las condiciones de la vida y purificar tu opinión. Tu mente será tu
herramienta más preciada, dejarás de ponerla límites continuos y la dejarás
volar libre y equívoca por los senderos de la incertidumbre. No le cortarás las
alas, jamás, ya que beberás de su fracaso y te obligarás a quedar con sed.
Dispersarás toda nube de tormenta que se cierna sobre ella con tu ambición de
hierro, con tus ganas de guerra, y con tus manos. Y, no dejarás que las heridas
de la batalla nublen el nuevo día porque no hay nada más bonito que un amanecer
con olor a esperanza.
Te definirás incansable como
un ser finito, inconcluso, e incluso incongruente. Despechado por cualquier
tipo de creencia y reacio a los dogmas de las mismas. En movimiento continuo,
buscando la salida al conocimiento pleno, sin dejarte llevar en tu totalidad
por la corriente de músicos mediocres del día a día.
Perecerás ante el amor y
ante la amistad. Los acogerás como virtudes infinitas y los cultivarás hasta el
fin de tus días, con constancia pero sin esperar ningún fruto a cambio. Pero si
los recibieras, y fueras capaz de probarlos, deléitate con ellos. Disfrutarás
plenamente del fuego que el amor provoque sobre tu piel y abrase tu razón,
igual que disfrutarás de la pasión que te brinde el juego de tu instinto.
Añorarás el cariño que antaño fue dispensado, pero mirarás al pasado sabiendo
que es lo que jamás podrá volver, y sonreirás con satisfacción. Con la amistad,
en cambio, reirás hasta la extenuación y los límites de la conciencia humana.
Arrancarás con dulces caricias momentos tiernos e inigualables, y los mantendrás
libres vagando por tu interior, reconfortándote así en los momentos de soledad.
Siempre con la mirada
traslúcida al frente intentarás crecer día a día, sabiendo, creando,
cultivando, amasando, destrozando, lo que muchos antes o lo que nadie.
Y así encontrarás felicidad
en tu camino indeterminado y desgracias, pero sobretodo encontrarás vida, y más
importante aún, encontrarás la tuya.
- Esto lo escribí bajo las pautas de una tarea creativa que me mandó mi profesora de Literatura Universal. La tarea en sí consistía en hacer una descripción de mí misma en segunda persona.