Entrad, sin miedos y prejuicios. Bienvenidos a mi reino de mediocridad y simplicidad. Bienvenidos a mi hogar.

Desde el minuto cero os pido encarecidamente que me juzguéis con pasión y crueldad. Aquí no hay lugar para los cobardes o los aduladores, solo para los que saben meter el dedo en el ojo hasta el final.

Espero ver en vuestros rostros sonrisas de hiena, de depredadores hambrientos. Si estáis aquí es por alguna razón, aprovechadla para despedazarme. No puedo pedir menos.

El triunfo, dicen, se mide de muchas formas: enemigos, riqueza, fama, poder… En mi hogar, es decir, aquí, se mide en “bienvenidos” pronunciados.

Poneos cómodos ya que si habéis llegado hasta este punto, es para quedaros.

domingo, 17 de diciembre de 2017

spleen

¡Inspiración poética! gritaba el poeta
Mientras desgarraba con tinta su piel fría
¡Inspiración poética! rezaba su risa
Mientras sus lágrimas corrían bajo sus pupilas

Críptica y crítica su mano escribía,
Medía sus sílabas de pura agonía
Dolorida y sufrida su alma exigía
Letanía, lejanía, un poco de alegría

La vida decidía sobre su pobre poesía
Y el poeta marchito nada le respondía
¿Qué quieres, vida mía? ¿Qué darte a ti si ya tienes mi vida?
Un poco más de sangre, poeta. Eso le pedía

Y el poeta sin vida, sin poesía, no respondía
Solo sentía. Y en ese dolor, un fuego nacía
que le hacía al poeta sentirse con vida
Una vida fría que apenas le quería

Dolor y fuego, respiraba su pulso
Mientras contenía los pasos de su vida marchita
Dolor y miedo, mantenía con vida
En su alma partida, en su alma sin tinta

Y el poeta moriría. Sin ver en los ojos 
de sus hermanos su propia poesía
Que sin tinta, que con el alma partida
Ellos le reconocerían y amarían


1 comentario:

  1. Siempre llego tarde a los mejores lugares, incluso a los digitales. En este caso muy tarde. ¿Vas a volver a escribir aquí?

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